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La habitación de la princesa es un desastre. La ropa está esparcida por el suelo, la cama está deshecha y hay platos amontonados en el fregadero. La princesa está cansada de vivir en una habitación desordenada, así que decide limpiarla. Empieza recogiendo toda la ropa y guardándola. Luego, hace la cama y pone los platos en el lavavajillas. Finalmente barre el suelo y quita el polvo de los muebles. Ahora que la habitación está limpia, la princesa se siente mucho mejor. Está orgullosa de sí misma por tomar la iniciativa de limpiar su habitación y sabe que podrá mantenerla limpia de ahora en adelante.
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