Jugar
A Celina le encantaba bucear. Todos los domingos se ponía su equipo de buceo y se dirigía al océano. Nadaba entre los peces y jugaba con ellos. Los peces amaban a Celina y siempre venían a saludarla cuando llegaba. Un día, Celina decidió probar algo nuevo. Se vistió como una sirena y nadó hasta la superficie del agua. Los peces quedaron asombrados por su disfraz y se reunieron a su alrededor para verla más de cerca. Celina sonrió y saludó a sus amigas. Estaba muy feliz de estar rodeada de las hermosas criaturas del mar.
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