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Dave estaba desempleado y eso le estaba pasando factura. No tenía dinero, ni ropa limpia y, lo peor de todo, le habían dejado fuera de su apartamento. Su gato tenía hambre y Dave empezaba a sentirse desesperado. Miró a su alrededor en busca de algo de comer, pero no había nada en el apartamento. Estaba a punto de darse por vencido cuando vio una ventana que estaba ligeramente abierta. Se arrastró por la ventana y entró en el apartamento. Su gato se alegró mucho de verlo y Dave se sintió aliviado de tener un lugar donde quedarse. Sabía que necesitaba encontrar un trabajo pronto, pero por ahora estaba agradecido de estar en casa.
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