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El mono estaba de viaje cuando se topó con un tesoro. El tesoro era un gran cofre lleno de monedas de oro y joyas. El mono se alegró muchísimo por su descubrimiento, pero sabía que debía tener cuidado. Los malos siempre estaban buscando tesoros y no dudaban en robárselo al mono. El mono decidió esconder el tesoro en un lugar seguro. Encontró una cueva en el bosque y escondió el cofre en su interior. La cueva estaba oscura y lúgubre, pero era el lugar perfecto para esconder el tesoro. A los malos nunca se les ocurriría buscarlo allí. El mono se sintió aliviado de tener el tesoro escondido, pero sabía que aún no estaba a salvo. Los malos todavía estaban ahí fuera y no se darían por vencidos hasta encontrar el tesoro. El mono debía estar preparado para defender su tesoro. El mono entrenó duro para convertirse en guerrero. Aprendió a luchar con espadas y hachas. Aprendió a usar la magia para protegerse. El mono estaba dispuesto a cualquier cosa. Un día, los malos llegaron al bosque. Estaban buscando el tesoro. El mono los vio venir y se preparó para pelear. Los malos quedaron sorprendidos por la fuerza y habilidad del mono. Fueron derrotados en la batalla y el mono mantuvo a salvo su tesoro. El mono era un héroe. Había defendido su tesoro de los malos. El mono era un símbolo de esperanza para todos los animales del bosque. Sabían que mientras el mono estuviera allí, estarían a salvo.
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