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Una mujer harapienta está parada en la esquina de la calle, con la mirada baja. Lleva un vestido andrajoso y su cabello está enmarañado y sucio. Parece que ha pasado por mucho. Pero incluso en su miseria, todavía viste a la moda. Lleva un par de gafas de sol de diseñador y un bolso elegante. Puede que sea pobre, pero todavía tiene sentido del estilo. Esta mujer es una inspiración para todos nosotros. Ella nos muestra que incluso en los tiempos más oscuros, todavía podemos encontrar belleza y esperanza. Ella nos recuerda que no importa cuáles sean nuestras circunstancias, nunca debemos rendirnos.
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