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Cierra los ojos y deja que la oscuridad la invada. Es como una manta cálida que la envuelve y la protege del mundo exterior. Se siente en paz aquí, en este lugar donde nadie puede verla ni juzgarla. Puede ser ella misma, sin miedo a ser rechazada o incomprendida. La oscuridad es parte de ella, tanto como lo es la luz. Necesita ambas cosas para sentirse completa. La oscuridad es su fuerza, su poder. Es lo que la hace quien es. Abre los ojos y mira al mundo. El sol brilla y los pájaros cantan. Pero ella no siente la necesidad de unirse a ellos. Está contenta de permanecer en la oscuridad, donde se siente segura y amada.
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